lunes, 4 de septiembre de 2017

LATA DE SARDINAS COMESTIBLE


LATA DE SARDINAS COMESTIBLE
(para 2 personas humanas)

INGREDIENTES:

- 2 Latas de Sardinas en Aceite
- 1 Lámina de Hojaldre
- 4 Cucharadas de Pisto Casero
- 1 Cebolleta
- 1 Rodaja de Limón
- 1 Yema de Huevo
- Papel Aluminio
- 1 Brocheta de Pincho Moruno

Para que veáis hasta que límite llegan mi incurables despistes, había olvidado por completo que este blog ya lleva la friolera de diez años  poniendo patas arriba los estómagos más ilustres y dejando por los suelos mi reputación como persona seria.

 Esto había que celebrarlo de alguna manera, y como yo soy un negao para las tartas, decidí hacer un pequeño homenaje al distintivo de la cabecera del blog y sus "sardinitas de lata", que ha sido posible gracias a una curiosa receta que me envió por correo Penélope de El Rincón de la Mariposa, a quién estaré eternamente agradecido por el detalle.
La verdad es que no podías haber elegido mejor Penny.
Esto va por tí campeona.

ASÍN SE HACE:
Vamos a comenzar haciendo un poco de pretecnología, o como se diría en castellano antiguo: trabajos manuales. Hoy en día, a eso de los "trabajos manuales" se le pueden atribuir muchos significados a cual más obsceno, así que mejor nos quedamos con el primer término no?

¿O con el segundo?
Jajajaaaja, como sois. Válgame que de vicio hay aquí!!

Vale. Pues cogemos un pliego bastante largo de papel aluminio y lo vamos doblando sobre sí mismo 7 o 6 veces hasta obtener una tira plana y compacta, como si fuera un matasuegras estirado.
Con esta lámina bordeamos la lata de sardinas para que coja la forma. Para que no se nos desmonte, le podemos dar un grapazo en la unión. Sin contemplaciones.


Ya tenemos el molde. Ahora viene lo más difícil, que consiste en contornear dicho artilugio con la masa de hojaldre bien amasada y estirada.
Para que salga más o menos bien, lo mejor es hacerlo de fuera hacia adentro, para lo cual es fundamental recortar la masa excedente teniendo en cuenta la altura de las paredes de nuestra "lata".


¿Se ve bien no?
Vale. Pues ahora pegamos la masa a las paredes del molde, y con el sobrante hacemos una especie de cucuruchos que simularán el "retorcido" de la lata al abrirla.
Como va a sobrar bastante masa, mi consejo es que hagáis varios para luego quedaros con el que más os guste.
En cuanto al contorno del molde, no os preocupéis mucho por las imperfecciones ya que el hojaldre, una vez que se hornea, va a hacer lo que le salga a él de los huevos.


Hablando de huevos, no olvidéis pintar la masa con con una yema batida antes de meterlo en el horno, que deberá estar como el Dinio: "caliente y fuetecito".
Transcurridos 10 minutos, nuestra lata comestible debería tener este bonito aspecto:


Ya ha pasado lo peor. Lo demás es puro tunning, como por ejemplo el fragmento de brocheta que le he puesto para imitar el abrelatas (y eso que el "abrelat4s" es inimitable, jejeje).

Para rellenar el invento, aparte de las sardinas, vamos a poner un fina capa de pisto casero en el fondo y como no, unas rodajitas finas de cebolleta.


Y por fin.....las sardinas. Conviene escurrirlas un poco para que el hojaldre no se nos inunde de aceite, pero sin pasarnos tampoco para que mantenga en la medida de lo posible su esencia de alimento en conserva.


Esta es una pijada como pocas veces se ha visto en este blog, pero irresistible a más no poder.
Espero que os animéis con ella, que yo lo he hecho y no me ha pasao ná.

NOTA: Solo deciros que a lo largo de estos dos años, no solo he disfrutado de los placeres que ofrece el cocinar. Eso es lo de menos.
Me quedo con el incalculable tesoro que supone haber tenido la suerte de conoceros. A los que ya conocía de antes, a los que habéis ido llegando, y a los que estan por llegar.
Muchas gracias a tod@s por seguir ahí, y un beso muy especial para Penélope.

Cocinero en pruebas para esta receta: BALTASAR DINILLAS

Publicada originalmente el 2 de Marzo de 2009

viernes, 28 de abril de 2017

PAPPARDELLE CON PUERROS Y PANCARRÉ DE BOLETUS


PAPPARDELLE CON PUERROS Y PANCARRÉ DE BOLETUS
(para 4 personas humanas)

INGREDIENTES:

- 1 Paquete de Hojas de Lasaña
- 8 Lonchas de Jamón Serrano
10 g. de Boletus Edulis Deshidratados
- 4 Puerros
- 3 Dientes de Ajo
- 1/2 Vaso de Vino Blanco
- Tomillo
- Pan Rallao
- Queso Parmesano
- Aceite de Oliva Virgen Extra

Dicen que lo bueno se hace esperar, pero eso no siempre se cumple. Sin ir más lejos el otro día me tocó esperar bastante rato para pagar a los de Hacienda y ya me diréis qué tiene eso de bueno.
Encima me picó una avispa en la cola. En la cola de la ventanilla, se entiende. Que tampoco soy de los que van por ahí enseñando las vergüenzas; no al menos en edificios oficiales.

Total, que el antebrazo se me puso como el de Popeye y no pude firmar en condiciones, así que, si no me véis por aquí en un tiempo, es posible que esté en el talego por falsificación de documentos.

Como decía, lo bueno se hace esperar. A veces el dicho susodicho se cumple, y prueba de ello esta fabulosa receta de pasta que os traigo hoy. Un poco laboriosa, pero un éxito seguro si tenéis pensado preparar una cena para sorprender a vuestros invitados.
Si falto a la verdad, prometo que os devuelvo el dinero. Como en Hacienda.

ASÍN SE HACE:

Ponemos abundante agua a cocer con un puñadito de sal, y cuando rompa a hervir (término que no acabo de comprender), vamos añadiendo las hojas de lasaña de una en una (tampoco entiendo lo de "hojas"). No soy muy partidario de agregar aceite al agua de la cocción de la pasta, pero en el caso de la lasaña nos va a ayudar para que no se peguen unas a otras.

Mientras dura el proceso de borboteo, cogemos 4 puerros bien hermosos y los cortamos en anillos finos, pero sin pasarnos tampoco.
Lo pochamos en aceite de oliva y cuando empiecen a transparentar, añadimos 1/2 vaso de vino blanco y unas cuantas hojas de tomillo. También valen hierbas provenzales. Eso lo dejo a vuestro gusto porque va a saber cojonudo de todas formas.


Una vez que reduzca el vino, vamos cubriendo los puerros con las lonchas de jamón serrano hasta taparlos por completo y bajamos el fuego casi hasta el mínimo. Todo aquel que haya tenido un mechero Bic sabe como funciona ésto.
Ahora se trata de esperar 15 minutos para que la cosa "sude" y se produzca una fusión de sabores tan difícil de describir, que es mejor que veáis la foto:


Ahora vamos con la parte más concienzuda de la receta que consiste en cortar las hojas de lasaña bien escurridas en tiras más o menos anchas para simular el famoso "pappardelle".


A mi me vino de perlas este cortapastas circular que compré en el chino por algo menos de 2 €.
Cuando tengáis suficientes.... paráis, que ya nos conocemos. Que os dan un maquinillo de estos que no consumen luz ni baterías y hala, venga!!! ....a cortar todo lo que se ponga por medio.

Mientras desarrollamos la siguiente fase de la receta, os recomiendo regar los papardelle con unas gotas de aceite de oliva para que no se resequen.


Y ya por fin, el pancarré de boletus. Comparado con lo anterior esto es un juego de niños, ya veréis.
Cogemos 3 dientes de ajo (y aquí viene la buena noticia, porque no hace falta pelarlos ni nada) y los saltemos en aceite oliva hasta que se vayan dorando. Mientras tanto, ponemos los boletus deshidratados en el molinillo y los trituramos hasta reducirlos a fino polvo. Si no tenéis molinillo, supongo que servirá la batidora de toda la vida, aunque deberíais ir pensando pedir uno para Reyes. Lo digo con tiempo eh?

Lo mezclamos con el pan rallado y a la sarten con los ajos. Este es mi paso favorito por los aromas tan intensos que desprende la mezcla de pan y boletus.


Si no fuera por el ruido de la campana y por los aullidos de la vecina llamando al niño pa comer, os iba a parecer estar en mitad del bosque. Mirad que pinta:


Hay que tostarlo todo hasta que oscurezca ligeramente y ya casi lo tenemos. Solo falta montar el plato, pero antes, un último paso.
Cogemos las lonchas de jamón serrano que habíamos pochado y las cortamos a cuchillo en tiras finas y alargadas.

Ahora sí. Colocamos los papardelle como base y los puerros a continuación. Seguidamente espolvoreamos con el pancarré de boletus, y para terminar colocamos el jamón y el parmesano en lascas por encima.


Queridos lectores y cocinillas: esto no es una simple receta más. Esto es una obra de arte culinaria. En casa, de momento ocupa la primera posición como mejor receta "PAN PA HOY" del 2009, y creo que lo tenemos bastante jodido para desbancarla.

Cocinero en pruebas para esta receta: GUILLERMO LINILLO

Publicada originalmente el 26 de Julio de 2012

jueves, 30 de marzo de 2017

TORTILLITA DE CAMARONE

TORTILLITA DE CAMARONE
(para varias persona humana)

INGREDIENTES:

- 150 g. de Quisquilla (en Cádi, camarone)
- 100 g. de Harina de Garbanso
-100 g. de Harina Normá
- 1 Sebolleta
- Perejí
- Aseite de Oliva
- Agua del Grifo

La verdá es que llevaba ya una jartá de tiempo queriendo publicá una reseta dedicá por entero a uno de los mejore blogue que esiste en tó Interné: el gran Carmelo de Cadi.
Y quiero haserlo no solo por lo rato tan bueno que me echo leyendo sus pó, sino porque ademá soy un un enamorao incondisioná de la gastronomía gaditana y de sus gente, y yo sé que el Carmelo se va emosioná cuando vea la tortillita de camarone y que poco va fartá pa que se le pongan lo sojo como do pelota de Nivea.

Me he permitío la libertá de adaptá la ortografía como homenaje a la singulá gramática que usa el propio Carmelo en su bló con el fin de mantener su esensia al másimo nivel.
Puede que haiga gente que se ofenda al leé mis palabra. Yo espero que no, porque si hay algo que caraterisa a lo gaditano es presisamente su guasa y su sentío del humó, aunque ya verá tu el jindoy que le va entrá al tradustó del inglé que tengo instalao en el canto derecho del bló cuando vea tanta modificasión y tanta palabra nueva.

Hase ya la friolera de ocho año (y eso que comparao con Avila, allí apena hase frío) que estuve recorriendo las calle de Cadi y guardo muchos recuerdo inborrable. Entre ello las taberna sercana a la Caleta, donde tuve el plasé de degustá por vé primera las auténtica tortillita de camarone, el aperitivo por antonomasia y paradima asoluto de la tapita gaditana.

Ahora, y con permiso del Carmelo, vi a pasá a desvelá sus más profundo secreto.

ASÍN SE HACE:

Como su propio nombre indisca el ingrediente prinsipá son los camarone, sin en cambio hay que tené la precausión de no confundí este crustaseo con el otro camarón (no el de la isla, sino ese otro má grande que cuesta de ochenta leuro pa arriba el kilo). Má de uno seguro que lo conoce por quisquilla, que son como las gamba pero con las proporsione de Joselito o Sarcosí.
Po bien: esto son los que se usan en Cádi.

El Carmelo lo esplica a la perfesión en la Carmelopedia, pero nunca está de má añadí un buen retrato pa dejarlo del todo claro:

El siguiente paso es prepará la masa de fritura para lo cuá vamo a mesclá un puñao de harina de garbanso con otro puñao de harina normá. En caso de que no encontrei harina de garbanso, tenéi dó osione:

1) intentá haserla en casa metiendo una pechá de garbanso en el molinillo de café y darle donde pone "on"... o ........
2) bajarse hasta el mismo Cádi a comprala y ya de paso conosé una de las siudade má bonita de Uropa y con má historia de tó Osidente.


Una vé que haigamo mesclao las dó harina se le añade un chorrito de agua del grifo y removéi hasta que coja consistensia de leche condensá, pero algo má ligerita.
A continuasión añadimo media sebolleta bien picaíta, un poco de perejí y por supuesto, los camarone.



Asín es como debe de quedá pa asegurarte el ésito, shosho:

Lo siguiente es colocá en el fuego una sartén con abundante aseite de oliva y esperá a que se ponga má caliente que la manta elétrica de Lusifé. Cuando empiese a humeá, vamo añadiendo pequeña cuchará de la masa depositándola con muchísimo tasto en la sartén y procurando que no se peguen unas con otra.
No preocuparse po la forma, que ellas sola se van a ir adastando:


Cuando se haigan dorao por las dos cara, se las saca de la sartén y se ponen a escurrí pa que queden lo menos aseitosa posible. Lo normá es dejarla es papel asorbente de cosina, pero como yo soy mu pejiguera, he utilisao mi propia tésnica:

Si hay curioso por la cosina a vese no da ni tiempo. Fitetú lo poco que dura una tortillita en el tenderete.

Bien escurría, las tortillita van a quedá má crujiente que las oreja del Jólifil. Y si no que se lo pregunten al Taison, que fué el gachó que le dió el bocao.

Y sin má dilasión, he aquí uno de lo má mejore aperitivo que bemo publicao en este bló: tortillita de camarone.
Cádi en estado puro, illo.



NOTA: Si véi que una vé fritas, las tortillita se quedan mu lasia tenéi la osión de usá agua con gá en la masa, aunque eso del aguá con gá es má propio de Cataluña que de Cádi, con lo cuá ya no serían tan uténtica.

Si los cura dieran en la iglesia tortillita de camarone en lugá de pan sin sá y Barbadillo mejón que vino sin alcó, ya vería tu si bieran ganao má fiele. Cada vé se lo montan peó.

AGRADESIMIENTO: A Carmelo de Cádi (faltaría má) y a todo su elenco de personaje: la Chari, el Sergio, la Bicho, el Angelín, la Cacelin, la Vane, el Pite, el Gordo del bá del Gordo, la suegra, esétera......Y si ahora mimo no me recuerdo de alguien que por fabó me perdone las disculpa.

Cosinero en prueba pa esta reseta: AITOR TILLITA

Receta publicada originalmente el 2 de Mayo de 2009

miércoles, 29 de marzo de 2017

PANTORRILLAS DE PAVO A LA MOSTAZA ANTIGUA


PANTORRILLAS DE PAVO A LA MOSTAZA ANTIGUA
(para 4 personas humanas)

INGREDIENTES:

- 4 Muslos de Pavo
- 2 Cucharadas Soperas de Mostaza Antigua de Dijon
- 1/2 Vaso de Vino Blanco
- 1 Docena de Espárragos Verdes
- Mantequilla
- Sal

A pesar de que no cocino mucho últimamente, los que me conocen saben que cuando lo hago, lo llevo hasta sus máximas consecuencias. Para variar, es también el caso de esta receta.
Todo empezó cuando vi la preparación de este plato en un recetario de cocina y me llamó mucho la atención lo de la "mostaza antigua". Lo fácil hubiera sido bajar al supermercado más cercano y comprar un frasco, pero no. Mi deber era hacerlo bien, y si para ello tenía que viajar en el tiempo hasta Dijon, en la Francia del siglo XVI, lo haría sin dudar.

Muchos pensaréis que los viajes en el tiempo son cosa de ciencia ficción.
Nah..... eso era antes.
Y no hablo de agujeros de gusano, teorías de cuerdas, o singularidades a nivel cuántico en el núcleo del átomo, no, no, no.
Es mucho más sencillo que todo eso. Para da un salto temporal, solo hay que tener una de éstas:

¿Es, o no es una máquina del tiempo?

Para que funcione, lo único que tenemos que hacer es bajarnos un programa llamado TimeTraveller 3.1 e instalarlo en una carpeta que no sea C:/ .
Después hay que forrarse el cuerpo con papel aluminio para repeler los campos magnéticos y colocarse media sandía hueca en la cabeza con el fin de atenuar los posibles impactos en caso de caer boca abajo.
Por último hay conectar la máquina del tiempo al puerto USB del PC, introducir los parámetros y pulsar Ctrl. + Esc.

Yo lo hice a pies juntillas, pero algo debió salir mal ya que en lugar de aparecer en Dijon, de pronto me encontré en medio de una extensa pradera entre extrañas flores y helechos.
Algún driver del Windows Vista me la había vuelto a jugar.

El caso es que me hallaba inmerso en un serio aprieto y más confundido que el Dinio haciendo un Sudoku. La dichosa máquina no tenía la tecla Ctrl. y no digamos la de Esc. De la sandía y del papel aluminio, ni rastro.
Estaba atrapado en el tiempo, pero eso era un problema menor comparado con lo que pasó a continuación.

De repente y sin avisar, apareció ante mi un enorme dinosaurio bípedo (aclarar que un bipedo es un animal que suelta ventosidades de dos en dos) que lejos de amedrentarme, me dió una idea cojonuda para la receta que estaba buscando.
Puede que no consiguiera la mostaza, pero unos buen par de muslos de pavo me iba a llevar seguro.


Si, si, jejejeje.....¡ Los cojones !

Cuando quise recobrar el conocimiento, me encontraba en un nido de Camptosaurio (sé que se llamaba así porque lo ponía en un cartel de madera que había frente a su guarida), esperando mi turno para ser devorado.
El enorme macho que me había capturado no estaba, pero había otro dinosaurio en el nido que debía ser la hembra ya que estaba poniendo huevos a mansalva.

Entonces fué cuando se me ocurrió que si me hacía pasar por uno de ellos, podría salvar el pellejo. ¿Y qué hice? Pues hacer el gesto de liarme a poner huevos yo también.
Me puse en cuclillas, apreté suavemente y .....cuál fué mi sorpresa cuando ví aparecer un huevo perfecto. Y después otro... y otro.
Y mientras apretaba, escuché una voz lejana y a la vez familiar que decía: "Julitooo, Julitooo".

Era Mari Carmen que había venido a rescatarme. Por si acaso, yo seguía poniendo huevos a pares.
Ahora la voz sonaba mucho más cercana, casi como un grito: "Julitoooo, Julitooo".
"Estoy aquí cariño"- respondí - "Siento haberte metido en ésto......la máquina del tiempo.....la mostaza antigua".
Entonces sentí la punzada cervical característica de una colleja bien dada y de nuevo la voz de Mari Carmen: " Pero que máquina del tiempo ni que leches. Despiértate anda, que te estas cagando en la cama, gañán."

Jooooooooer.
Así que.....¿todo había sido un sueño?
Pues menuda faena. Y no solo por la que se lió bajo las sábanas, sino porque se terminó una aventura que estaba tela de emocionante.

Ahora tocaba ducharse con jabón Lagarto, vestirse y bajar al Día más cercano a por un par de muslos de pavo, un manojito de trigueros y un frasco de mostaza antigua.
Igual de emocionante que mi sueño. Igualito.

ASÍN SE HACE:

Una vez recobrada la cordura, encendemos el horno y lo ponemos a 200º C sin pulsar ninguna tecla ni forrar la bandeja con papel aluminio por si las moscas.
Seguidamente lavamos las pantorrilas de pavo bajo el chorro de agua fría y le quitamos cualquier resto de pluma que pudiera tener.

Secamos bien los muslos, los salamos, y los embadurnamos con mantequilla, que hará las veces de adhesivo natural para que a la hora de extender la mostaza quede bien repartida y no se desparrame.


Cuando lo tengamos, agregamos a la bandeja 1/2 vaso de vino blanco con cuidado de no dejarlo caer sobre las pantorrillas, algo que en una orgía romana puede estar bien, pero no es lo que buscamos.
Las metemos al horno y las dejamos durante 25-30 minutos, dándoles la vuelta de vez en cuando.

Mientras tanto, ponemos a cocer los espárragos en agua con sal. No hace falta que hiervan mucho tiempo. Además hay un truco estupendo para cocer los espárragos que consiste en atar el manojo con un hilo y ponerlos a cocer de pie. De esta manera, la parte más dura se cocerá antes y las puntas, aparte de no romperse, quedarán "al dente" gracias al vapor.

Una vez que el pavo esté tierno, lo sacamos del horno y batimos la salsa resultante.
Para presentarlo, hacemos un charquito con la salsa, colocamos sobre ella las pantorrilas y coronamos con los trigueros.


Al ataqueeeeer, que está buenísimo. Os vais a comer hasta el hueso.


Para terminar, dos consejos:

1º) No os pongáis chulos cuando tengáis delante a un pavo de 4 metros de altura
2º) La mostaza antigua no hace falta que sea del siglo XVI. Con que sea del mes pasado, vale.

Cocinero en pruebas para esta receta: BALBINO BLANCO

Dedicada a mi pinche (y ahora también "compinche" JERO)

Publicada originalmente el 25 de Octubre de 2010

martes, 14 de enero de 2014

CALDERETA EXTREMEÑA


CALDERETA EXTREMEÑA
(para 8 personas humanas y un vecino que se arrimó al olorcillo de la chasca)

INGREDIENTES:
- 1 Cabrito Lechal
- 1 Hígado de Cabrito
- 1 Cebolla Grande
- 1 Cabeza de Ajos
- 3 Pimientos del Piquito
- 1 Litro de Agua
- 1 Vaso de Vino Tinto
- Pan
- Tomillo
- Aceite de Oliva
- Leña de Encina (no se come, pero es necesaria)


Ya tenemos la excusa perfecta para telefonear a los colegas y planear un día de campo, donde el protagonista indiscutible será este típico guiso extremeño, que para que sea auténtico, ha de hecerse al aire libre, en olla de barro y con leña de encina.

Es de suponer que ya tenemos el fuego en marcha, encargado el cabrito y que el carnicero no habrá hecho honor al nombre del bicho (pero con más años) y se habrá tirado el rollo, troceándolo bien.
Si es así, ya podemos empezar.

ASÍN SE HACE:

Poco antes de que el fuego está a punto, untamos bien el cabrito con sal, pimienta, aceite de oliva y unas hojas de tomillo intentando que quede bien impregnado. Una vez que las llamas se hayan extinguido (en Perú creo que todavía quedan algunas), ponemos la olla encima y la rodeamos con las brasas.

Para esto existe otra técnica que es poner junto a la olla un radiocassette en el que suene un CD de King Africa. No es para que amenice la velada. Es sobre todo por la brasa que da, aunque cuidaoooo.
Quizá sea demasiado tostón, y corremos el riesgo de que el guiso se queme y a nosotros se nos caiga una oreja a la hoguera. Menos arriesgada la primera técnica no?

Cuando la olla esté bien caliente, añadimos la cebolla cortada en juliana y los trozos de cabrito, que si puede ser extremeño, mejor (click aquí para ver los alimentos de Extremadura).
Notaréis que suena: "chssssssssssssssssssss". Eso es buena señal, aunque hay que darle algunas vueltas para que no se agarre y con cuidado de no quemarnos el brazo; que eso coge más calorías que la manta eléctrica de Lucifer.

Cuando veamos que empieza a dorarse (el cabrito,....no el brazo), lo cubrimos con el agua y un vaso de vino tinto. Tapamos la olla, nos despreocupamos por un rato y aprovechando que estamos de campo nos tomamos una cervecita acompañada de unos buenos ibéricos extremeños y nos hacemos una torcedura al intentar emular a Ronaldihno con la pelota de Nivea. Ya estamos en edad de ser unos buenos domingueros, que no se diga.

Pasados 30 minutos aprox. ponemos una cabeza de ajos y unas cuantas rebanadas de pan sobre las brasas. Dejamos que se tuesten ligeramente y retiramos. Seguidamente ponemos en un mortero: un hígado del cabrito (el derecho o el izquiero, eso da igual), 3 dientes de ajo tostados, 2 rebanadas de pan tostado y 3 pimientos del piquito.
Machacamos bien hasta obtener un majado de color muy similar al del cebo que se usa para capturar tiburones (si nunca habies ido a cazar tiburones, digo yo que lo habreis visto en algun documental), y añadimos la mezcla a la olla, dejándola en el fuego durante 15 minutos más hasta que espese bien la salsa.

Esto ya está finiquitado amigos. Ya solo queda buscar un valiente con la suficiente testiculina que saque la perola de la chasca para que todos puedan disfrutar en plena naturaleza de este manjar.












 
NOTA: Me gustaría dar las gracias a mis amigos de Badajoz, Macarmen y Tejota, verdaderos instigadores de que decidiera llevar a cabo esta receta, ya que siempre me ponían los dientes largos (mas aún, si) cada vez que me contaban que habían estado de campo.
Gracias también a mi compadre Julio y a mi cuñado Javi por estar al quite con la olla.



Cocinera en pruebas para esta receta: JUNCAL DERETA

sábado, 19 de octubre de 2013

BREVAHEART


BREVAHEART
(para 4 personas humanas)

INGREDIENTES:

- 1 Docena de Higos o Brevas
- 100 g. de Chocolate Negro para Fundir
- Leche Condensada
- Miel
- Hierbabuena
- 1 Frigorífico en buen estado


A pesar de mi amor por Escocia y de las aventuras que hace algunos años me corrí por allí, aclarar que esta receta no es escocesa, ni tiene nada que ver con William Wallace y mucho menos con Mel Gibson, algo que seguramente provocaría el delirio de muchas de mis lectoras.
Lo siento si el nombre del plato os ha causado confusión, pero para esta ocasión os váis a tener que contentar con una foto mía haciendo un poco el payaso...

Mel Gibson ya salió en la receta anterior y además no es Brave, sino BREVA.

Ya sabéis que no soy mucho de postres, pero joer...ya tocaba alguna. 
Al final fué mi compadre y tocayo Julio quién terminó de transmitirme la inspiración y provocar que me lanzara a llevar a cabo esta locura de postre que pergeñamos entre los dos.
Todos los años a finales de verano, mi colega me trae siempre unos higos de su finca de Toledo y por lo general, no queda ni uno vivo. 
Ya sé que puede sonar obsceno, pero soy un devorador de higos. 
Me encanta comer esos higos de las damas.........o cuello de dama, o como se llamen los de esa especie.
El caso es que me los como, pero muy pocas veces les saco provecho. 
Muy pocas...... pero eso se terminó


ASÍN SE HACE:

Comenzamos dándole un lavadito a los higos de la manera tradicional, es decir: en el bidé y con agua templadita para que no se se escalden.
Ni que decir tiene que solo seleccionaremos los que se nos antojen más sabrosones y repeinados. Obviamente no nos interesan ni muy jóvenes, ni muy maduros.


Ahora, vamos a realizar un proceso al que podríamos denominar "de inseminación", una paranoia
que también fué ocurrencia de Julio, me imagino que subyugado por las connotaciones sexuales de dicho fruto, y no solo por el cachondeito que conlleva su nombre, sino porque al abrirlo nos recuerda a......... estoooo......bueno....... ya sabéis.....
Para ellos, vamos a utilizar una jeringa de las de cocina en la introduciremos un par de cucharadas de leche condensada, que es lo más parecido que podemos encontrar a......bueno.......ehhhhh.......ya sabéis..........


Se enchufa por el orificio donde supuestamente estaba el rabito (joeeeeeeer), y en este paso hay que llevar suma precaución, ya que si la eyaculación es muy abundante se nos puede desbordar el asunto.
En fin.........cómo lo diría........ya sabéis.......
Lo suyo es que queden más o menos asín:


Si me paso de explícito me lo decís, aunque no creo que os escandalice mucho teniendo en cuenta el libro de moda que están leyendo ahora casi todas las chicas. 50 Sombras de Grey, creo que se llama.

Yo no lo he leído, pero según lo que cuentan mis amigas (algunas aseguran que acabaron con las bragas tan húmedas que podría plantarse arroz), es bastante heavy sexualmente hablando, así que esta chorrada que os estoy relatando, será para ellas (y por ende, para vosotras) más tierno y mullido que un pedo de Winnie de Poo.

Lo siguiente que haremos, será coger un palillo largo de esos que venden en los chinos y ensartar los higos uno por uno para después cubrirlos de miel. No Miel Gibson, sino miel, miel. A lo Nueve Semanas y Media. 


Como veis, el erotismo que desprende esta receta no tiene parangón.

Para que después agarre bien el chocolate, conviene enfriar primero los higos cubiertos de miel. Lo digo porque a mí me costó trabajo hasta que me dí cuenta de que la solución era meterlos un rato al frigo.




El siguiente paso es fundir el chocolate. Algo bien sencillo: solo hay que trocearlo y calentarlo al baño maría (que no es lo mismo que irse con María al baño para calentarla) hasta que se derrita.


 

Y ahora sí. Es el mágico momento en que sumergiremos los higos en el chocolate caliente hasta que queden bien cubiertos sin que quede rastro del color verde de fondo. 
Conviene decir que el chocolate debe ser lo más puro posible para contrarrestar con su amargor el excesivo toque dulce que llevan el resto de ingredientes.

Solo de esta forma encontraremos un equilibrio prefecto.


Para terminar, solo hay que disponer los higos en una bandejita y meterlos a enfriar a la nevera hasta que el chocolate se solidifique y quede crujiente.
La idea es que al hincarle el diente, nos deleitemos con todo el esplendor que nos brinda su corazón de breva. El Brevaheart.


NOTA: Los que quieran saber la diferencia entre higos y brevas, que miren en la Wikipedia, que viene!!!!!! 
Yo flipo.

Cocinero en pruebas para esta receta:    RODRIGO CHUMBO

DEDICADA A MI AMIGO Y PRÁCTICAMENTE HERMANO,  JULIO LÓPEZ.

Publicada originalmente el 19 de Octubre de 2012

jueves, 31 de enero de 2013

PATATAS A LA RIOJANA TÓ ROJAS


PATATAS A LA RIOJANA TÓ ROJAS
(para 4 personas humanas)

INGREDIENTES:

- 1 Kg. de Patatas
- 2 Chorizos Tiernos para Guisar
- 1 Pimiento Rojo
- 1/2 Cebolla
- 2 Dientes de Ajo
- 2 Pimientos Choriceros
- Perejil
- Aceite de Oliva
- Agua

Siento haber tardado tanto en volver, pero no sabía que una resaca podía durar tanto. Y eso que tampoco bebí tanto durante las Navidades; seis cubatas en total.
También es cierto que los vasos eran de litro y medio, todo hay que decirlo.
Mis amigos dicen que son los años, que no perdonan, y yo les digo que sí, que son los años, pero los años del whisky, que perdonan menos todavía. Supongo que ambos tenemos razón.

Intenté escribir algo a mediados de Enero, pero no atinaba con las letras del teclado y solo salían galimatías sin sentido. Ahora que ya me he recuperado lo recuerdo con gracia, ya que fué realmente divertido y es algo que recomiendo probar a todo el mundo.
No lo de beber alcohol, cuidao!!!, sino lo ponerse a teclear totalmente borracho.

Lo que también recomiendo es el plato que os traigo para hoy: una receta sencilla, de las de toda la vida, el típico plato de cuchara que te deja el cuerpo más nuevo que el Güindous 7 en un día de frío.
Tenía muchas ganas de hacerla, no digamos ya de comerla.
Mejor os cuento.

ASÍN SE HACE:

Comenzamos picando la cebolla y el pimiento rojo en pequeños cuadraditos y los pochamos en una cazuela de base ancha junto a un chorro generoso de aceite de oliva. (Esta es la frase sin comas más larga que he redactado en mucho tiempo)


Seguidamente, añadimos el chorizo cortado en rodajas de 1 cm. de grosor y lo mezclamos con el sofrito.
La elección del chorizo la dejo a vuestro gusto, pero es conveniente que sea de buena calidad y no demasiado fuerte. Yo siempre he usado chorizos de la marca DIONI, que van cojonudos. Creo que ya lo comenté en alguna ocasión.


Mientras se hace el chorizo, lavamos y pelamos las patatas, y las vamos chascando directamente sobre la olla. La receta donde lo ví decía que en trozos más o menos regulares, pero vosotros ni caso. Qué regulares ni qué hostias. Aquí los vamos a hacer BIEN.
Cuando hayamos terminado, removemos todo el contenido de la cazuela para que se mezcle y bajamos el fuego.


Es el momento de añadir un poco de sal y cubrir las patatas con agua. El que quiera endosarle un poquito de vino que la haga. Más aun tratándose de un plato riojano. Yo no le puse, no fuera que después se me subiera a la cabeza y me pasase otros dos meses sin publicar.
Antes de que se me olvide: encended el horno a 200 º y meted los dos dientes. Los de ajo, me refiero.

Mientras se van haciendo las patatas vamos con el verdadero secreto de este plato, que no es otro que el asunto de los pimientos choriceros.
Es tan fácil como sumergir los pimientos secos en un cazo con agua y dejarlos cocer durante 5 minutos para que se ablande la carne.


Una vez escaldados, los abrimos y con la ayuda de una puntilla vamos separando la carne de la piel a lo Torquemada, sin mostrar piedad alguna.

A continuación, mezclamos la carne de los pimientos choriceros con los ajos tostados al horno y lo vamos aplastando con un tenedor.


Añadimos la sanguinolienta mezcla al puchero y dejamos cocer a fuego medio hasta que veamos que el guiso va espesando, y las patatas van poniéndose blanditas y tó rojas.


Por último, comprobamos el punto de sal rectificando si fuera necesario, y espolvoreamos un poco de perejil picado.

El plato ya está listo para ser servido y por lo tanto comido. Devorado, diría yo.

Joer. A ver si cambio la vajilla ya.

Cocinero en pruebas para esta receta: MANOLO ONGANIZA

Publicada originalmente el 31 de Enero de 2010